Víctor Regalado
Pronto tendremos una camisa de fuerza y seremos colonia
Este martes 28 de febrero nos visitó Janet Napolitano, titular del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. La titular se reunió con el Canciller de la República, Hugo Martínez; el Ministro de Justicia y Seguridad Pública, coronel David Munguía Payés; y de Gobernación, Ernesto Zelayandía. Las pláticas versaron acerca de la cooperación en materia de seguridad. Napolitano encontró luego al Presidente Mauricio Funes.
Por la costumbre de los Estados Unidos de entrometerse en los asuntos internos de otros países, vale preguntarse cuál es la verdadera finalidad de la visita de la Secretaria de Seguridad, que coincide con el final de la campaña electoral en la que a los salvadoreños nos corresponde elegir diputados y alcaldes, y a escasa una semana de que fue desarticulado un grupo armado, según la prensa nacional, con motivos, consignas y literatura « revolucionaria ».
No debemos dejar que nos sigan engañando. Tenemos pequeños espacios políticos y de expresión, paquetes escolares, y otras medidas de justicia social, gracias al sacrificio de miles de salvadoreños que ofrendaron sus vidas, y no como un regalo de la derecha. Las tenemos gracias a que el Frente es el partido en el gobierno, pero que podemos perderlas. Para qué sirvió tanto sacrificio si no somos capaces de comprender esas pequeñas cosas, y que las actividades de la ILEA, esta visita de Napolitano, otras que se han dado y las que se darán a corto plazo, constituyen una ocupación silenciosa de la patria y que si no reaccionamos, pronto tendremos una camisa de fuerza y seremos colonia.
Entonces, de que seguridad nos viene a hablar Napolitano, cuando en es su país la CIA ha traficado armas y droga, y que agentes encubiertos de la Oficina de Combate a las Drogas (DEA) han blanqueado millones de dólares de los cárteles mexicanos. Otra razón de las muchas que existen para que nos preguntemos acerca de la verdadera naturaleza de la visita y de lo que ellos entienden por seguridad, es el caso del periodista Gary Webb de 49 años, descubierto muerto con dos balas en la cabeza el viernes 10 de diciembre pasado, en su casa de California. El Coroner Robert Lyons, oficial de justicia que realizó la investigación concluyó: Gary Webb se suicidó. Web escribió un libro titulado “Alianza oscura: La CIA, los contras y la explosión de la cocaína crack”. Reveló a los norteamericanos cómo barrios negros del país fueron inundados de crack, en medio de un tráfico destinado a abastecer de dinero y armas la Contra nicaragüense. Denunció también las actividades del narcoterrorista Luis Posada Carriles, quien estuvo en El Salvador trabajando para los hombres de ARENA, de D’Abuisson y para la CIA. Gary Webb al morir trabajaba en una nueva investigación sobre el mismo tema de la CIA y el narcotráfico.
Referente a las actividades económicas de la DEA, un ex funcionario de ese organismo señaló de manera anónima, “no queremos arriesgarnos a que la agencia acabe siendo el más grande blanqueador de dinero del mundo y que nuestras acciones se vean relacionadas con violencia y muertes”. Pero de nuevo el problema está en creerles, con todas las mentiras que les conocemos. Sin duda en todo esto hay límites que separan los propósitos anunciados, de la ilegalidad, la corrupción de algunos agentes, y las infiltraciones que el narcotráfico ha logrado en las filas de gobiernos y aparatos de seguridad. Pero hasta dónde llegan esos límites, y cómo y cuándo saber que han sido transgredidos.
Los que detentan el poder económico en el país y quienes en el norte se creen dueños del planeta nos han acostumbrado a no leer, a no preguntar, a no saber, a mantenernos en la ignorancia para podernos someter, pero ya es hora de que seamos capaces de leer los signos que describen la realidad y lo que estos quieren decir como lenguaje.
Ya es hora de hacerle frente a la realidad y saber que la visita de Janete Napolitano significa un apoyo a la derecha y un nuevo punto de agenda para el Presidente Funes. De nuevo nos quieren hacer creer, de manera muy sutil, que la seguridad es un problema que tiene que ver con grupos armados revolucionarios y que debemos apoyar la militarización y votar por la derecha. Por el contrario, la visita debe decirnos claramente que debemos seguir impulsando los cambios que necesita la sociedad, votando por el FMLN.
Este martes 28 de febrero nos visitó Janet Napolitano, titular del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. La titular se reunió con el Canciller de la República, Hugo Martínez; el Ministro de Justicia y Seguridad Pública, coronel David Munguía Payés; y de Gobernación, Ernesto Zelayandía. Las pláticas versaron acerca de la cooperación en materia de seguridad. Napolitano encontró luego al Presidente Mauricio Funes.
Por la costumbre de los Estados Unidos de entrometerse en los asuntos internos de otros países, vale preguntarse cuál es la verdadera finalidad de la visita de la Secretaria de Seguridad, que coincide con el final de la campaña electoral en la que a los salvadoreños nos corresponde elegir diputados y alcaldes, y a escasa una semana de que fue desarticulado un grupo armado, según la prensa nacional, con motivos, consignas y literatura « revolucionaria ».
No debemos dejar que nos sigan engañando. Tenemos pequeños espacios políticos y de expresión, paquetes escolares, y otras medidas de justicia social, gracias al sacrificio de miles de salvadoreños que ofrendaron sus vidas, y no como un regalo de la derecha. Las tenemos gracias a que el Frente es el partido en el gobierno, pero que podemos perderlas. Para qué sirvió tanto sacrificio si no somos capaces de comprender esas pequeñas cosas, y que las actividades de la ILEA, esta visita de Napolitano, otras que se han dado y las que se darán a corto plazo, constituyen una ocupación silenciosa de la patria y que si no reaccionamos, pronto tendremos una camisa de fuerza y seremos colonia.
Entonces, de que seguridad nos viene a hablar Napolitano, cuando en es su país la CIA ha traficado armas y droga, y que agentes encubiertos de la Oficina de Combate a las Drogas (DEA) han blanqueado millones de dólares de los cárteles mexicanos. Otra razón de las muchas que existen para que nos preguntemos acerca de la verdadera naturaleza de la visita y de lo que ellos entienden por seguridad, es el caso del periodista Gary Webb de 49 años, descubierto muerto con dos balas en la cabeza el viernes 10 de diciembre pasado, en su casa de California. El Coroner Robert Lyons, oficial de justicia que realizó la investigación concluyó: Gary Webb se suicidó. Web escribió un libro titulado “Alianza oscura: La CIA, los contras y la explosión de la cocaína crack”. Reveló a los norteamericanos cómo barrios negros del país fueron inundados de crack, en medio de un tráfico destinado a abastecer de dinero y armas la Contra nicaragüense. Denunció también las actividades del narcoterrorista Luis Posada Carriles, quien estuvo en El Salvador trabajando para los hombres de ARENA, de D’Abuisson y para la CIA. Gary Webb al morir trabajaba en una nueva investigación sobre el mismo tema de la CIA y el narcotráfico.
Referente a las actividades económicas de la DEA, un ex funcionario de ese organismo señaló de manera anónima, “no queremos arriesgarnos a que la agencia acabe siendo el más grande blanqueador de dinero del mundo y que nuestras acciones se vean relacionadas con violencia y muertes”. Pero de nuevo el problema está en creerles, con todas las mentiras que les conocemos. Sin duda en todo esto hay límites que separan los propósitos anunciados, de la ilegalidad, la corrupción de algunos agentes, y las infiltraciones que el narcotráfico ha logrado en las filas de gobiernos y aparatos de seguridad. Pero hasta dónde llegan esos límites, y cómo y cuándo saber que han sido transgredidos.
Los que detentan el poder económico en el país y quienes en el norte se creen dueños del planeta nos han acostumbrado a no leer, a no preguntar, a no saber, a mantenernos en la ignorancia para podernos someter, pero ya es hora de que seamos capaces de leer los signos que describen la realidad y lo que estos quieren decir como lenguaje.
Ya es hora de hacerle frente a la realidad y saber que la visita de Janete Napolitano significa un apoyo a la derecha y un nuevo punto de agenda para el Presidente Funes. De nuevo nos quieren hacer creer, de manera muy sutil, que la seguridad es un problema que tiene que ver con grupos armados revolucionarios y que debemos apoyar la militarización y votar por la derecha. Por el contrario, la visita debe decirnos claramente que debemos seguir impulsando los cambios que necesita la sociedad, votando por el FMLN.
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