El 27 de agosto el presidente colombiano blanqueó que había preacordado
con la comandancia de las FARC el inicio de una negociación de paz .
Las conversa iones comenzarán el 8 de octubre en Oslo, Noruega. Luego
se trasladarán a La Habana, donde se espera que puedan culminar con
éxito.Cuando Juan Manuel Santos habló desde el Palacio Nariño ya era
un secreto a voces, pero durante mucho tiempo estuvo bien guardado
por el gobierno y la comandancia guerrillera. Pero una semana
antes, el 20 de
agosto, los medios colombianos e internacionales se hicieron eco de
las denuncias del ex presidente Álvaro Uribe. El más fascista de
todos los ex presidentes –y hubo varios en condiciones de disputarle
ese podio-, acusó a Santos de negociar con FARC y de favorecer la
reelección de Hugo Chávez.
Uribe, al cañonear los diálogos de paz, expresaba a un sector poderoso
de la oligarquía y de las Fuerzas Armadas que está furioso por la
negociación con los rebeldes. Si esos ultrarreaccionarios y
genocidas
están en contra de la negociación, quiere decir que este diálogo
tiene un costado muy positivo.¿Quién fue el más interesado en plantear
la necesidad de diálogos de paz para tratar de solucionar
el enfrentamiento armado? Se puede tomar de jalón el Bogotazo de 1948
o bien la fundación de las FARC, en mayo de 1964, hace 48 años.
Desde entonces –salvo breves intervalos- ha sido un tiempo de luchas
populares por
la tierra y la democracia, reprimido con un genocidio.El pueblo puso la mayor cuota de sangre y sacrificios.
Darle una oportunidad a la paz, como exigencia política y
programática, fue idea del legendario comandante Manuel Marulanda
Vélez, fallecido en 2008.Santos, como ministro de Defensa de Uribe, fue
responsable del bombardeo e invasión a Sucumbíos, Ecuador, cuando
se asesinó a Raúl Reyes, número 2 de la guerrilla, y otras personas.
La dupla Uribe-Santos concedió 7 bases militares a EE
UU.Antecedentes muy poco democráticos...
Hasta ahora la presidencia de Santos se centró en el cerco y
aniquilamiento de la guerrilla, usando su formidable aparato
militar, de los mayores de toda la región, apoyado con asesores, dinero y
armas por el Pentágono. Su objetivo es aniquilar a las FARC, lo
que creyeron próximo luego de asesinar a Reyes, Iván Ríos, Alfonso
Cano y otros comandantes farianos.
Que Santos haya acordado con las FARC la negociación implica
una doble victoria política de éstas: se le reconoce estatus
de fuerza beligerante y de hecho se admite que no han podido
derrotarla. Los anuncios de diálogo en Oslo y La Habana suponen un revés
a los planes genocidas del gobierno y una victoria parcial de la
fuerza que conduce Timoleón Jiménez “Timochenko”.
¿Por qué Santos se avino a las conversaciones? Además de no haber podido
derrotar a sus enemigos en el campo de batalla, en parte puede haber
influido la demanda de paz que fluye en sectores de la población.
El mandatario quiere captar eso con vistas a su reelección en
2014.Por otra parte, el presidente busca inversiones mineras,petroleras,
etc, en áreas donde la guerrilla mantiene fuerte presencia. Si
hubiera un arreglo o al menos una disminución de los combates,
esos negocios se verán favorecidos. Esto puede parcialmente explicar
que hasta el gobierno norteamericano dijera que saludaba los
anuncios de diálogos de paz. Barack Obama está pensando en sus
multinacionales.Hay otra carta en la manga de Santos. Su postura
“pacifista” trat a d e g a n a r s e e l voto reeleccionista, pero
también lograr que FARC “baje la guardia” y pueda ser exterminada. En
los 80 la guerrilla apostó a la vía pacífica con la “Unión
Patriótica”, que -al quedar en la superficie- pagó con 5.000 muertos.Los
rebeldes están en guardia y entran alertas a la negociación.
Designaron a Simón Trinidad –preso desde 2004 en EE. UU. y condenado
a 60 años de prisión- como uno de sus delegados. Y plantearán un cese
del fuego bilateral, algo que Santos ha rechazado de plano y declarado
que los diálogos sólo durarán meses y no años. La guerrilla respondió
que es erróneo ponerse plazos tan breves, pues una situación
compleja puede demandar más tiempo.El inicio de negociaciones de paz
es muy positivo. Pero es muy difícil que se conviertan en un
arreglo duradero, pues el guerrerismo del gobierno se nota en sus
declaraciones y nuevos crímenes. También en sus delegados, entre
ellos el general Oscar Naranjo, ex jefe de la Policía Nacional,
y el general Jorge Mora, ex jefe de las fuerzas militares,
ambos fascistas ligados a Uribe y a los negocios de la guerra.
El límite de las FARC para un acuerdo definitivo es que se solucione, al menos en principio o por etapas, el
tema de la tierra y la reforma agraria. Eso sería paz con justicia
social, irrenunciable. Es lo que no aceptan Santos, la
oligarquía y sus militares corruptos y asesinos.
SERGIO ORTIZ , secretario general del Partido de la Liberación (PL) de la Argentina
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