Saludos y bienvenida: Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida... Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos. Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos. Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más... A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado. Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia... Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos? Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista. No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente. Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo. Fraternalmente, Trovador

miércoles, 18 de septiembre de 2013

El secreto de El Capital



Jordi Soler Alomà


BREVE GLOSARIO


DINERO: medida de “valor”. Para llegar a la abstracción “dinero” tuvimos que retorcer nuestra conciencia varias veces. Primero, encontramos la manera de “medir” el “valor” de las cosas; después, para cada cosa, desplegamos el listado del valor con que equivale a las demás; después separamos una cosa del resto y la designamos como expresión del valor (normalmente un metal precioso); finalmente, separamos el “valor” de su “portador” y lo transformamos en una simple expresión numérica, que no requiere un soporte físico (normalmente reside en y viaja entre ordenadores). En este punto ya perdimos el hilo, y el dinero forma parte prácticamente de nuestros genes. El dinero se obtiene de cuatro maneras (de mayor a menor importancia): robando, estafando, ejerciendo de esclavista o ejerciendo de esclavo (los tres primeros procedimientos son ejercidos sistemáticamente por los poderes fácticos y políticos).

TRABAJO: versión moderna de la esclavitud. Trabajar consiste en venderse como mercancía (igual como se vendían los esclavos) en el “mercado del trabajo”. Cuando se trabaja se produce más “valor” que el que se vale como mercancía humana, por eso los modernos esclavistas (capitalistas; empresarios) ganan dinero empleando “asalariados”. Paradójicamente, la alineación a llegado hasta el punto que los que consiguen llegar a ser esclavos se consideran privilegiados. Los esclavos, como en la antigua Grecia, pueden ser públicos o privados.

VALOR: relación que establecen las cosas a través de las personas y cuyo resultado se expresa numéricamente.

MERCANCÍA: cosa portadora de valor (puede ser tangible, como un lápiz o una piedra de color, o intangible, como la fuerza de trabajo o una voluntad; puede ser material o “espiritual”).

NÓMINA: cifra que viaja de la cuenta bancaria del esclavista a la cuenta bancaria del esclavo y que expresa el “valor” de éste.

PRECIO: cifra que expresa el “valor” en dinero de las cosas que se “venden”; entre las cosas que se venden se hallan, por cierto, las personas (véase TRABAJO).

TRABAJADOR: nombre que recibe el esclavo en ejercicio en la sociedad capitalista (vendedor de fuerza de trabajo = de sí mismo).

PARADO: esclavo expulsado del mercado cuyo propietario no se hace responsable (al contrario de lo que ocurría en la antigua Grecia) por lo que la sociedad debe asumir su mantenimiento hasta que vuelva a ser comprado.

COMPRAR: cambiar una cifra que expresa el “valor” de una cosa por esta cosa (cambiar “dinero” por una cosa).

VENDER: cambiar una cosa por una cifra que expresa su “valor” (cambiar una cosa por “dinero”).

ECONOMÍA: en su variedad benigna, estudio del comportamiento de los valores y de sus expresiones numéricas, prescindiendo de la variable humana. En su aspecto menos benigno: juego que consiste en la invención de “modelos” que no tienen relación con lo anterior. Opera con objetos psicosociales como si fueran entidades físicas medibles.

ECONOMISTA: versión actualizada del brujo de la tribu, a quien se cree depositario de ciertos poderes y saberes inescrutables. Su poder es altamente destructivo cuando ejerce como político, siendo los esclavos sus víctimas propiciatorias. Su conocimiento es altamente alienado. No se ha demostrado que realmente posea algún tipo de sabiduría.

CAPITALISMO: versión moderna (que no mejor) del esclavismo que se diferencia de la precedente en que el amo no se responsabiliza de sus esclavos. Éstos producen “valor” para el esclavista cuando son usados por éste, ya que su “valor” en el mercado es inferior a la cantidad de “valor” que producen. En este tipo de sistema existen unos seres que acaparan ingentes cantidades de “valor” por el simple procedimiento de mover cifras entre ordenadores.

ESTADO: forma de organización anacrónica destinada a desaparecer o a mutar como sucedió con la tribu y la familia. Se la cree depositaria de ciertos valores compartidos en los que generalmente sólo creen los esclavos.

CAPITAL: cantidad de “valor” poseída por alguien que tiene la capacidad de incrementar su tamaño por varios procedimientos, tales como la trata de esclavos, el tránsito de cifras entre ordenadores, etc. (véase DINERO).

SINDICATO: organización cuyo objetivo es la harmonía de las relaciones entre los esclavistas y los esclavos.

PARTIDO POLÍTICO: organización cuyo objetivo es gestionar la res pública en beneficio de los propios políticos y de los poderes fácticos (principalmente el capital financiero).

MEDIOS INFORMATIVOS: mecanismo a través del cual el poder fabrica el espejismo que los esclavos confunden con la realidad.

DISTRACCIONES: sirven para evitar que los esclavos piensen; las más efectivas son los espectáculos deportivos como el FÚTBOL (una de las drogas más potentes que se hayan descubierto nunca). Existe una organización selectiva del tipo de “distracción” en función del ámbito social al que pertenece y de la edad del esclavo. Las distracciones están coordinadas con los medios informativos.

POLÍTICO: especialista en los asuntos relacionados con la esclavitud. Originariamente formaba parte de la clase esclavista, pero cada vez es más común ver esclavos que adquieren el privilegio de acceder a esta casta, porque no constituyen ningún peligro (sino todo lo contrario) para el poder esclavista (ver PARTIDO POLÍTICO).

La contradicción capitalismo/ecología


Por primera vez en el proceso conocido como hominización, el ser humano se ha dado a sí mismo los instrumentos de su propia destrucción. Se creó el principio de autodestrucción que tiene en el principio de responsabilidad y de cuidado su contrapartida. De ahora en adelante la existencia de la biosfera estará a merced de la decisión humana.

La lógica del capital, como modo de producción y como cultura, es ésta: producir acumulación mediante la explotación -de la fuerza del trabajo de las personas, por la dominación de clases, por el sometimiento de los pueblos y finalmente por el pillaje contra la naturaleza-. Un análisis incluso superficial entre ecología y capitalismo identifica una contradicción básica. Donde impera la práctica capitalista se envía al exilio o al limbo la preocupación ecológica. Ecología y capitalismo se niegan frontalmente. No hay acuerdo posible. Si, a pesar de ello, la lógica del capital asume el discurso ecológico... o es para obtener lucro, o para espiritualizarlo y así vaciarlo, o simplemente para imposibilitarlo y, por tanto, para destruirlo. 


El capitalismo no sólo quiere dominar la naturaleza, sino arrancar todo de ella, depredarla. Hoy, por la unificación del espacio económico mundial en los moldes capitalistas, el saqueo sistemático del proceso industrial contra la naturaleza y contra la humanidad, hace al capitalismo claramente incompatible con la vida. Se plantea así una bifurcación: o el capitalismo triunfa al ocupar todos los espacios como pretende, y entonces acaba con la ecología y pone en riesgo el sistema-Tierra, o triunfa la ecología y destruye al capitalismo, o lo somete a tales transformaciones y reconversiones que no pueda ya ser reconocible como tal. Esta vez no va a haber un arca de Noé que nos salve a algunos y deje perecer a los demás. O nos salvamos todos o pereceremos todos. El capitalismo produjo también una cultura, derivada de su modo de producción, asentado en la exportación y el pillaje. Sin una cultura capitalista que vehicula las mil razones justificadoras del orden del capital, el capitalismo no sobrevivirá.

 La cultura capitalista exalta el valor del individuo, le garantiza la apropiación privada de la riqueza, hecha por el trabajo de todos, coloca como quicio de su dinamismo la competencia de todos contra todos, intenta maximizar las ganancias con la mínima inversión posible, procura transformar todo en mercancía para tener siempre beneficios, instaura el mercado, hoy mundializado, como el mecanismo articulador de todos los procesos de producción, de competencia y de distribución... Si alguien busca solidaridad, respeto a las alteridades, compasión y veneración frente a la vida y al misterio del mundo... que no los busque en la cultura del capital. George Soros, uno de los mayores especuladores de las finanzas mundiales y profundo conocedor de la lógica de la acumulación sin piedad (vive de eso), afirma claramente en su libro La crisis del Capital que el capitalismo mundialmente integrado amenaza a todos los valores societarios democráticos, poniendo en riesgo el futuro de las sociedades humanas. Queremos mostrar cómo el capitalismo, en cuanto modo de producción y en cuanto cultura, inviabiliza la ecología tanto ambiental como social. Comencemos con la ecología ambiental. A este respecto, las hipótesis acerca del futuro de la Tierra son dramáticas. Grandes analistas confiesan que el tiempo actual se asemeja mucho a las épocas de gran ruptura en el proceso de evolución, épocas caracterizadas por extinciones en masa. Efectivamente, la humanidad se encuentra ante una situación inaudita. Debe decidir si quiere continuar viviendo, o si prefiere su propia autodestrucción. 

Por primera vez en el proceso conocido como hominización, el ser humano se ha dado a sí mismo los instrumentos de su propia destrucción. Se creó el principio de autodestrucción que tiene en el principio de responsabilidad y de cuidado su contrapartida. De ahora en adelante la existencia de la biosfera estará a merced de la decisión humana. Para continuar viviendo el ser humano deberá quererlo positivamente. Los indicadores son alarmantes. Dejan poco margen de tiempo para los cambios necesarios. Estimaciones optimistas establecen la fecha límite del año 2030-2034. A partir de ahí, si no se toman medidas urgentes y eficaces, la sostenibilidad de sistema-Tierra, ya no estará garantizada. Entre otros, tres son los nudos problemáticos creados por el orden del capital, que deben ser desatados: el nudo del agotamiento de los recursos, el de la sostenibilidad de la Tierra y el de la injusticia social mundial. 1. El nudo de la extinción de los recursos naturales. Cada día desaparecen para siempre 10 especies de seres vivos. Desde la época de la desaparición de los dinosaurios, 65 millones de años atrás, nunca se ha visto un exterminio tan rápido.

 Con esos seres vivos desaparece para siempre una biblioteca de conocimientos que la naturaleza sabiamente había acumulado. A partir de 1972 la desertificación en el mundo creció igual al tamaño de todas las tierras cultivadas de China y de Nigeria juntas. Se perdieron cerca de 480 millones de toneladas de suelo fértil, una superficie equivalente a las tierras cultivables de India y Francia juntas. El 65% de las tierras que un día fueron cultivables, hoy ya no lo son. La mitad de las selvas existentes en el mundo en 1950 han sido tumbadas. Sólo en los últimos 30 años han sido derribados 600 mil km2 de selva amazónica brasileña, el equivalente a la Alemania unida, o a dos veces el Zaire. Las inmensas reservas naturales de agua, formadas a lo largo de millones y millones de años, en este siglo pasado han sido sistemáticamente bombeados y están próximos a agotarse. El agua potable ya es uno de los recursos naturales más escasos, pues solamente el 0’7% de toda el agua dulce es accesible al uso humano. Va a haber guerras por las fuentes de agua potable. Tras este proceso de pillaje, se oculta una imagen reduccionista de la Tierra. Es vista sólo como un almacén muerto de recursos a explotar.

 No es respetada en su alteridad y autonomía ni se le reconoce ninguna sacralidad. Mucho menos todavía es amada como un superorganismo vivo, la Gran Madre de los antiguos, la Pacha Mama de nuestros indígenas y la Gaia de los cosmólogos. 2. El nudo de la sostenibilidad de la Tierra.¿Cuánta agresión aguanta la Tierra sin desestructu-rarse? Las 60 mil armas nucleares construidas, si explotaran podrían causar un invierno nuclear. Las finas partículas del humo de los grandes incendios por ellas producidos, junto con los elementos radioactivos inyectados en la atmósfera, oscurecerían y enfriarían la Tierra de forma más intensa que en las eras glaciales del pleistoceno. Habría un colapso de la humanidad y de todo el sistema de vida, consecuencias perversas siempre descuidadas por las potencias militaristas. Otra amenaza importante es representada por el calentamiento creciente de la Tierra. Es el así llamado efecto invernadero. La quema de petróleo, de carbón y de las selvas, libera el dióxido de carbono que calienta la atmósfera. En el último siglo la temperatura de la tierra ha aumentado entre 0’3 y 0’6† C. Para los próximos 100 años se calcula un aumento de entre 1’5† a 5’5† C. Tales cambios provocarán desastres descomunales, como sequías y deshielo de los cascotes polares.

 Las inundaciones de las costas marítimas, donde vive el 60% de la población mundial, causarían millones de víctimas. ¿Qué capacidad tiene la tierra frente a tantas agresiones producidas primordialmente por el modo de producción capitalista? Se teme que el efecto acumulativo de las agresiones llegue a un punto crítico tal que quiebre el equilibro físico-químico-biológico de la Tierra. 3. El nudo de la injusticia social mundial. Pasemos a la ecología social: ¿Cuánta injusticia y violencia aguanta el espíritu humano? Es injusto y sin piedad que, en el actual orden del capital mundializado, el 20% de la humanidad detente el 83% de los medios de vida (en 1970 era el 70%) y el 20% más pobre tiene que contentarse con sólo 1’4% (en 1960 era 2’3%) de los recursos. Este cataclismo social no es inocente ni natural. Es resultado directo de un tipo de desarrollo que no mide las consecuencias sobre la naturaleza y sobre las relaciones sociales. Por eso constituye una trampa del sistema capitalista el llamado «desarrollo sostenible», que evidencia una contradicción en su mismo nombre. La categoría «desarrollo» está tomada del área de la economía capitalista. El desarrollo capitalista (deberíamos decir el crecimiento) es profundamente desigual: crea acumulación apropiada por unos pocos a costa de la explotación y del perjuicio de las grandes mayorías. Ese crecimiento pretende ser lineal y siempre creciente.

 La categoría «sostenibilidad» proviene de otro ámbito: de la biología y la ecología. Significa capacidad que un ecosistema tiene de incluir a todos, de mantener un equilibrio dinámico que permita la subsistencia de la mayor biodiversidad posible, sin explotar ni excluir. Como se ve, sostenibilidad y desarrollo capitalista se niegan mutuamente; no combinan los intereses de la producción humana con los intereses de la conservación ecológica; al contrario, se niegan y destruyen. Lo que se necesita es una sociedad sostenible que se dé a sí un desarrollo que satisfaga las necesidades de todos, y del entorno biótico. Que el planeta sea sostenible y pueda mantener su equilibrio dinámico, rehacer sus pérdidas y mantenerse abierto a ulteriores formas de desarrollo. Además de haber sido, en el pasado, suicidas, homicidas y etnocidas, ahora comenzamos a ser ecocidas. El capitalismo ¿nos llevará a ser, pronto, también geocidas? Pero una esperanza nos acompaña: en su historia, la Tierra pasó por cerca de 15 grandes exterminios. Siempre salió con más energía y biodiversidad. Ahora no será diferente. Superaremos la enfermedad del capitalismo con la solidaridad, la cooperación y las interdependencias asumidas, pues ellas garantizaron el futuro de la Tierra. Y garantizarán también nuestro futuro.

Sin disculpas, no hay visita de Dilma


No hay antecedentes de que un invitado suspendiese una “visita de Estado” y que lo hiciera la presidenta de Brasil muestra la gravedad de la situación. La Casa Blanca insinuó que mantendrá el sistema de vigilancia pese al escándalo.

  Eric Nepomuceno - Desde Río de Janeiro


Sin sorprender a nadie, la presidenta Dilma Rousseff anunció formalmente ayer que suspendió la visita de Estado que realizaría a Washington a fines de octubre. Claro que, en la formalidad, hubo que incluir ciertas mesuras diplomáticas. Así, oficialmente la visita no fue suspendida, sino postergada, y no se trató de una decisión de Brasilia, sino de la conclusión a que llegaron, en común acuerdo, Dilma y su frustrado anfitrión, Barack Obama, en una llamada telefónica en la tarde del lunes.

Como en toda mentira, hay, en ésa, algo de verdad. Solícito, Barack Obama efectivamente llamó a Dilma al atardecer del lunes. Lanzó un llamamiento para que la visita no fuese cancelada. La mandataria brasileña, en todo caso, se mostró inflexible: sin que se aclarase la cuestión del espionaje que alcanzó sus teléfonos (fijos y móviles, institucionales y personales) y sus correos electrónicos, sin la garantía de que ese espionaje sería suspendido de inmediato, sin un pedido público de excusas, no había clima alguno para la visita. Cuando se dice que al anunciar que el viaje estaba cancelado Dilma no sorprendió a nadie, eso incluye a Obama.

Habrá nuevas medidas, que responden no sólo a la irritación personal de la presidenta brasileña, pero también a la gravedad de lo ocurrido. En la nota en que se anuncia la suspensión de la visita de Estado, queda dicho que “las prácticas ilegales de interceptación de las comunicaciones y los datos de ciudadanos, empresas y miembros del gobierno brasileño constituyen un hecho grave, atentatorio a la soberanía nacional y a los derechos individuales, e incompatible con la convivencia democrática entre países amigos”. Más claro, imposible.

Desde que estalló el escándalo y quedó patente el malestar brasileño, la Casa Blanca trató de matizar el tema. Pero al mismo tiempo, y en una actitud insólita, Wa-shington insinuó, sin explicitar, que mantendrá el sistema de espionaje, como si fuese algo natural. Ayer, en su nota anunciando la “postergación” de la visita, la Casa Blanca dijo que Obama buscará “un camino diplomático”, juntamente con Dilma, “para solucionar el incómodo malestar provocado sobre la relación bilateral”.

Hay un detalle importante en esta historia. Acorde con la jerarquía del ceremonial de la Casa Blanca, una cosa es una visita oficial –Dilma ya realizó una, Lula da Silva hizo varias– y otra, mucho más categorizada, es una “visita de Estado”. Lo más visible de esa jerarquía es que una “visita de Estado” incluye una cena de gala en la Casa Blanca y una ceremonia militar de recepción al visitante. El último presidente brasileño de ser agraciado con esa honra ha sido Fernando Henrique Cardoso, hace casi veinte años. Dilma sería la única “visita de Estado” prevista para 2013.

No hay antecedentes de que un invitado suspendiese esa clase de viaje. Por más que se trate de filigranas diplomáticas, la medida de la presidenta brasileña muestra la gravedad de la situación.

No se trata, ni de lejos, de una decisión intempestiva, nacida sobre la base de un humor de momento. Ha sido una respuesta meticulosamente estudiada y debatida con la cúspide de la diplomacia brasileña y con el más restricto círculo de asesores y consejeros de Dilma Rousseff. El mismo Lula, que en un primer momento se mostró más proclive a una posición dura pero no extrema, respaldó la decisión de suspender el viaje.

Es, en suma, un gesto contundente. La única concesión de Brasilia fue aceptar que se divulgara que la decisión ha sido adoptada juntamente con Barack Obama y que en lugar de una suspensión se trata de una postergación.

Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de Brasil. Puede que la decisión de Dilma provoque críticas de parte del empresariado brasileño. Sin embargo, cancelar el viaje no traerá ninguna consecuencia negativa. En la agenda de la visita de Estado no había nada específico o relevante. Nadie esperaba algún anuncio significativo en el campo de las inversiones, o de nuevos acuerdos tarifarios, y menos aún alguna novedad en el vasto campo de la cooperación bilateral.

Estaría, por supuesto, el peso simbólico de la visita y quizá alguna señal de que como postre a la cena de gala surgiesen indicativos de avances en cuestiones pendientes entre los dos países, muy específicamente en aspectos del comercio bilateral. Nada, en todo caso, que no pueda seguir siendo negociado y discutido por las vías naturales de la diplomacia.

Una visita de Estado sería, principalmente, un gesto político de ambos gobiernos. Dilma concluyó que no es el momento apropiado.

Al contrario: mucho más positivo sería otro gesto político, o sea, decirle a Washington que para todo hay algún límite en esta vida y en este mundo.

Que nadie se sorprenda si en su discurso en la Asamblea General de la ONU, de aquí a pocos días, Dilma vuelva al tema para criticar muy duramente las acciones invasivas de la Casa Blanca. El tema no está cerrado con la suspensión de la visita.

ECUADOR, OBJETIVO DE LA ESTRATEGIA MILITAR DE ESTADOS UNIDOS EN EL MUNDO (INFORME)



ANDES - Ecuador es uno de los objetivos de la estrategia militar de los Estados Unidos en el mundo, según un estudio que analiza la “Doctrina de Guerra Irregular de la Armada” de ese país.

Tras la asunción a la presidencia de Barack Obama, EE.UU. planificó una estrategia militar en la que la guerra irregular era uno de los mecanismos nuevos de intervención. Según sus preceptos, el nuevo campo de batalla no tiene límites, las tácticas y estrategias difieren de las tradicionales.

Simultáneamente a las operaciones militares en Iraq y Afganistán, el Pentágono libró una guerra de “diplomacia pública”, más bien secreta, contra Ecuador y otros países de Suramérica como Bolivia, Paraguay, Venezuela, Colombia y Perú.

Esta guerra está organizada bajo el Mando de Operaciones Especiales (SOCOM), que llegó a tener presencia en 60 naciones al concluir la era de George W. Bush, y dispuso de unos 57.000 especialistas de las fuerzas armadas estadounidenses desplegados en 75 países ubicados en el Medio Oriente, Asia Central y África Oriental.

En correspondencia a esta guerra “diplomática”, fachadas y agencias como la Organización de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el National Endowment for Democracy y Freedom House, entre otras, fueron utilizadas para canalizar dinero a los actores que promueven la agenda de Washington, y en la penetración de la “sociedad civil” en países estratégicamente importantes para los intereses imperiales, asegura el estudio realizado por el analista cubano Leyde Rodríguez.

En medio de esta estrategia, el gobierno de Obama dictó instrucciones precisas para militarizar el espacio cibernético. Ecuador ya ha sido víctima de esta política. Como lo demostrara una investigación de la Agencia Andes, las cuentas del presidente Rafael Correa y otros funcionarios del gobierno están bajo espionaje.

El costo para el pueblo estadounidense en estas campañas armamentistas es inconmensurable. Solo en las instalación de bases militares, entre las que se incluyen las que existen en Colombia, fronterizo con Ecuador, el gasto es de exactamente 250 000 millones de dólares anuales, es decir unas diez veces el presupuesto general del Estado ecuatoriano.

El gasto militar ecuatoriano en 2011, medido como coeficiente del Producto Interno Bruto (PIB), fue del 3,5%, un alto rubro a razón de la conflictividad que surge del conflicto interno colombiano. Esa cifra es menor en coeficiente al gasto militar de Estados Unidos, que en 2011 fue 4,7%. El PIB Estadounidense de ese año marcó 14,99 billones (millones de millones) de dólares y el de Ecuador 65.000 millones de dólares (0,65 billones), 30 veces menor al del país norteamericano.

Si Estados Unidos gasta 70.000 millones de dólares en sus Fuerzas Armadas en 2011; Ecuador hizo lo propio utilizando 319 millones de dólares en el mismo año, con cifras publicadas por el Banco Mundial.

El premio Nobel de la Paz 2009, Barack Obama, ha dividido las formas de guerra en conflictos de alta intensidad –del tipo guerra mundial-, media intensidad –ataques militares como los de Irak o Afganistán-, y baja intensidad o indirectas –entre las que se cuentan los golpes de Estado “blandos”, que ya han tenido resultados en la región, como en el caso de Paraguay.

La administración Obama privilegió el tipo de guerras de baja intensidad para lograr fines político-militares por vías más “inteligentes”, que van desde las campañas mediáticas de demonización, embargos y bloqueos comerciales y golpes de Estado. Lo mismo sucedió con los conflictos de baja intensidad promovidos en Centroamérica durante los años 80` del siglo pasado.

América Latina y el Caribe fueron incluidas en esta concepción de guerra de baja intensidad. El desarrollo de bases, fuerzas y medios militares norteamericanos para intervenir en cualquier punto de la región: el golpe de estado contra Venezuela en el año 2002 y luego el golpe petrolero; la sedición en Santa Cruz en Bolivia, el golpe militar en Honduras y Paraguay, el intento de golpe en Ecuador encajan perfectamente en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos divulgada el 27 de mayo del 2010.

martes, 17 de septiembre de 2013

Las armas y la muerte



Marcelo Colussi 

“Prefiero despertar en un mundo donde Estados Unidos sea proveedor del cien por ciento de las armas mundiales”
Lincoln Bloomfield, funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos.

I

Cuando nuestros ancestros descendieron de los árboles y comenzaron a caminar erguidos en dos patas hace dos millones y medio de años, por vez primera en la historia fabricaron un objeto, un elemento que trascendió la naturaleza. Ese inicio de la humanidad estuvo dado, nada más y nada menos, que por la obtención de una piedra afilada; en otros términos: un arma. ¿Es que la historia de nuestra especie está signada entonces por ese inicio? ¿Las armas están en el origen mismo del fenómeno humano?

Sí, sin ningún lugar a dudas. La violencia es humana, no es un “cuerpo extraño” en nuestra constitución. Ahora bien: ¿cómo fuimos pasando de la agresión necesaria para la sobrevivencia a la violencia humana, al desprecio del otro, a la industria de la muerte actual? La organización en torno al poder igualmente es humana; los animales, más allá de sus mecanismos instintivos de supervivencia, no ejercen poderíos. Nosotros sí. En esa dialéctica (¿quién dijo que un “blanco” vale más que un “negro”, o que una mujer es “menos” que un varón?..., pero esa dialéctica marca nuestras relaciones), el uso de algo que aumente la capacidad de ataque es vital. Lo fue en los albores, como necesidad para asegurar la lucha por la sobrevivencia (la piedra afilada, el garrote, la lanza), y lo sigue siendo hoy día. Ahora bien: las armas actuales en modo alguno están al servicio de la supervivencia biológica; las armas actuales, desde que conocemos que la historia dejó de ser la pura sobrevivencia en alguna caverna y en constante lucha con el medio ambiente natural, las armas de las sociedades de clases, entonces, están al servicio del ejercicio del poder dominante, desde la más rústica espada hasta la bomba de hidrógeno.

Sigmund Freud en su senectud, como reflexión más filosófica que como formulación de la práctica clínica, con la sabiduría que puede conferir toda una vida de aguda meditación, habló de una pulsión de muerte: retorno a lo inanimado. De allí que el psicoanálisis pueda hablar de un malestar intrínseco a toda formación cultural, a toda sociedad: ¿por qué hacemos la guerra? Se podrá decir que la organización social vertebrada en torno a las clases sociales lleva inexorablemente a ellas (y por tanto, a la producción de armas). Queda entonces en pie la pregunta: ¿pero por qué el ser humano construyó esas sociedades estratificadas y guerreristas y no, por el contrario, organizaciones horizontales basadas en la solidaridad? El socialismo es la propuesta que apunta a construir esas alternativas. ¿Lo lograremos alcanzar? ¿Será realizable lo que proponía el subcomandante Marcos en Chiapas: “tomamos las armas para construir un mundo donde ya no sean necesarios los ejércitos”, o la pulsión de muerte nos arrastrará antes a la autodestrucción como especie?

Salvo poquísimas, insignificantemente pocas armas fabricadas para el ámbito de la cacería, la parafernalia armamentística con que hoy contamos los seres humanos está destinada al mantenimiento de las diferencias de clases. Es decir: seres humanos matan a otros seres humanos para mantener su poder, y básicamente, para defender la propiedad privada, para saquear a otros en nombre de la apropiación privada. Y también para “resolver” conflictos de la cotidianeidad. Los desquiciados que alguna vez, armas en mano, matan a otros congéneres como suele suceder con bastante frecuencia en Estados Unidos, no es la pauta dominante. Las armas están para otra cosa: ¿se fabrica un tanque de guerra o una mina antipersonal para cazar lo que luego nos comeremos? Obviamente no.

Contrariamente al espejismo con que –por error o por mala intención– se presentan las armas como garantía de seguridad, es por demás evidente la función que en verdad cumplen en la dinámica social: son la prolongación artificial de nuestra violencia. ¿De qué estamos más seguros teniendo armas? Quienes nos matan, mutilan, aterrorizan, dejan secuelas psicológicas negativas e impiden desarrollos más armónicos de las sociedades son, justamente, las armas. O, dicho de otro modo, somos seres humanos que hacemos todo eso valiéndonos de esos instrumentos a los que llamamos armas, desde una pistola hasta un submarino con carga nuclear.

Pero las armas no tienen vida por sí mismas, claro está. En realidad, son ellas la expresión mortífera de las diferencias injustas que pueblan la vida humana, de la conflictividad que define nuestra condición. Son los seres humanos quienes las inventaron, perfeccionaron, y desde hace un tiempo con la lógica del mercado como eje de la vida social, quienes las conciben como una mercadería más (¡vaya mercadería!).

Y somos nosotros, los seres humanos organizados en sociedades clasistas hondamente marcadas por el afán de lucro económico individual que el capitalismo dominante en estos últimos siglos impuso, quienes transformamos el negocio de las armas (que es lo mismo que decir: el negocio de la muerte) en el ámbito más lucrativo del mundo moderno, más que el petróleo, el acero o las comunicaciones.

II

Cuando hoy decimos “armas” nos referimos al extendido universo de las armas de fuego (aquellas que utilizan la explosión de la pólvora para provocar el disparo de un proyectil), el cual comprende un variedad enorme que va desde lo que se conoce como armas pequeñas (revólveres y pistolas –las más comunes–, rifles, carabinas, sub-ametralladoras, fusiles de asalto, ametralladoras livianas, escopetas), armas livianas (ametralladoras pesadas, granadas de mano, lanza granadas, misiles antiaéreos portátiles, misiles antitanque portátiles, cañones sin retroceso portátiles, bazookas, morteros de menos de 100 mm.), a armas pesadas (cañones en una enorme diversidad con sus respectivos proyectiles, bombas, explosivos varios, dardos aéreos, proyectiles de uranio empobrecido), y los medios diseñados para su transporte y operativización (aviones, barcos, submarinos, tanques de guerra, misiles), a lo que hay que agregar minas antipersonales, minas antitanques, todo lo cual constituye el llamado armamento convencional. A ello se suman las armas de destrucción masiva, con poder letal cada vez mayor: armas químicas (agentes neurotóxicos, agentes irritantes, agentes asfixiantes, agentes sanguíneos, toxinas, gases lacrimógenos, productos psicoquímicos), armas biológicas (cargadas de peste, fiebre aftosa, ántrax), armas nucleares (con capacidad de borrar toda especie de vida en el planeta).

Siendo amplios en la definición, si hoy día los teóricos de la guerra pueden hablar de una “guerra de cuarta generación” sin derramamiento de sangre, pero conflicto que da resultados aún más promisorios para el ganador que todas aquellas armas que provocan muerte y destrucción, habría que hacer entrar allí la enorme batería de instrumentos que permiten esta guerra “en las mentes”, guerra mediática y psicológica. ¿Son también los medios de comunicación, en toda su amplísima gama, parte de ese arsenal? En algún sentido, sí: computadoras, internet, televisores y teléfonos inteligentes son “armas” que sirven no para matar, pero sí para neutralizar al enemigo. El tema es complejo, y al menos dejémoslo planteado como interrogante. ¿Cómo hemos llegado a una guerra “sin efusión de sangre” pero más victoriosa que cualquier invasión militar?

Toda esta cohorte de máquinas de la muerte en modo alguno favorece la seguridad; por el contrario, son un riesgo para la humanidad. El mito de la pistola personal para evitar asaltos y para conferir sensación de seguridad es solamente eso: mito. En manos de la población civil, muy rara vez sirve para evitar ataques; en general, sólo ocasionan accidentes hogareños. Y en manos de los cuerpos estatales que detentan el monopolio de la violencia armada, los arsenales crecientes –cada vez más amplios y más mortíferos– no garantizan un mundo más seguro sino que, por el contrario, hacen ver como posible la extinción de la humanidad (de liberarse todo el potencial bélico atómico con que cuentan las fuerzas armadas de la actualidad, la onda expansiva llegaría hasta la órbita de Plutón haciendo fragmentar completamente el planeta Tierra, y pese a ese extraordinario poder de disuasión, no estamos más seguros, sino justamente todo lo contrario). ¿Por qué los misiles nucleares estadounidenses serían “buenos” (¿pacíficos?) y los de Corea del Norte o los de Irán no?

No obstante la cantidad de vidas cegadas y el dolor inmenso que producen estos ingenios infernales que la especie humana ha inventado, la tendencia va hacia el aumento continuo de su producción y hacia el perfeccionamiento en su capacidad destructiva. Así entendidas las cosas, no puede menos que decirse que el negocio de la muerte crece. Crece, y mucho, porque es rentable. ¿Se entiende el sentido de la tesis freudiana entonces?

III

El negocio de las armas no se parece a ningún otro. Debido a su relación con la seguridad nacional y la política exterior de cada país, funciona en un ambiente de alto secretismo y su control no está regulado por la Organización Mundial del Comercio, sino por los diferentes gobiernos. En general –y esto es lo preocupante– los gobiernos no siempre están dispuestos o son capaces de controlar las ventas de armas de forma responsable. Asimismo, lo más frecuente es que las legislaciones nacionales en la materia, si la hay, sean inadecuadas y estén plagada de vacíos legales. Además, los mecanismos existentes no son obligatorios y apenas se aplican. ¿Quién de quienes ahora puedan estar leyendo este texto conoce en detalle cuántas y cuáles armas dispone el gobierno del país en que vive? ¿Alguna vez fue informado de ello? Muchos menos aún: ¿alguna vez se le consultó algo al respecto?

El negocio de las armas no es transparente. Por no ser de conocimiento público se maneja con extrema cautela sin estar sujeto casi a ninguna fiscalización. Por eso, las diversas iniciativas internacionales de la post Guerra Fría para fiscalizar este tipo de transacciones han resultado inútiles. Los intereses económicos, políticos y de seguridad hacen de este rubro un sector misterioso y peligroso, intocable en definitiva.

Desde el año 1998 los gastos en armas han comenzado una tendencia alcista después de haber llegado a su nivel más bajo en la era de la post Guerra Fría. En el 2000 éstos fueron de alrededor de 798.000 millones de dólares (25.000 dólares por segundo); a partir de allí comenzaron a trepar aceleradamente, y la fiebre antiterrorista desatada después del 11 de septiembre del 2001 los ha catapultado en forma espectacular, sobrepasando ampliamente el billón de dólares anual. Por lejos, hoy en día constituyen el rubro comercial más infinitamente rentable entre todos, el que más volúmenes de dinero mueve y el que más rápido crece en términos de investigación científico-técnica.

En el campo de las armas todo es negocio, tanto fabricar un submarino nuclear como una pistola. Incluso las llamadas armas pequeñas, con un poder de fuego más bajo que otras de las tantas armas que llegan al mercado, son un filón especialmente rentable. Más de 70 países en el mundo fabrican armas pequeñas y sus municiones, y nunca faltan compradores, tanto gobiernos como personas individuales (fundamentalmente varones). Las ventas directas de armas pequeñas (pistolas, revólveres y fusiles de asalto) a otros gobiernos o entidades privadas corresponden al 12 % de las ventas totales de armas en todo el planeta. El resto está provisto –¿astucias de la razón o burlas de la historia? diría Hegel– por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aquellos que se encargan (¿se encargan?) de la paz y seguridad del mundo: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China. Estados Unidos es en la actualidad el principal productor y vendedor mundial de armamentos, de todo tipo, con un 50 % del volumen general de ventas (aunque el sueño de más de algún funcionario de Washington, como lo dice nuestro epígrafe, sea aumentar ese porcentaje).

Ante todo esto: ¿qué hacer? ¿Comprarnos una pistola para defendernos? Apelar a campañas de desarme y de no uso de armas, al menos las pequeñas (pistolas y revólveres), es loable. Pero vemos que eso no alcanza para detener el crecimiento de un negocio poderosísimo. Apelar a la buena conciencia y al fomento de la no violencia es una buena intención, pero difícilmente logre su cometido de terminar con las armas ¿Con eso detendremos a multinacionales de poder casi ilimitado como Lockheed Martin, Raytheon, IBM, General Motors?, ¿o a gobiernos que basan sus estrategias de desarrollo nacional en la comercialización de armas? Cada nueva guerra que comienza (y continuamente está comenzando una) responde a frías estrategias mercadológicas pensadas en desapasionados términos comerciales. ¿Pulsión de muerte o no?

IV

La lucha contra la proliferación de las armas es eminentemente política: se trata de cambiar relaciones de poder. No es posible que los mercaderes de la muerte manejen el destino humano. No es posible…., pero sucede. Eso es lo que marca la dinámica internacional. Ahora bien: dado que es así, confiando en que otro mundo sí es posible, que las utopías son posibles, debemos plantearnos alternativas. Naturalmente el ser humano, desprovisto de alas, no vuela. Pero gracias a nuestro inconmensurable deseo de lograrlo ¡ya llegamos al planeta Marte! Y eso no se detiene. Cada vez, sin alas propias, volamos más lejos. Plantearse las utopías es lo que nos hace caminar (o volar…, para el caso). Como decía alguna pintada memorable del Mayo francés de 1968: “Seamos realistas. Pidamos lo imposible”.

Hoy día la producción de armas no es un negocio marginal, ligado a circuitos delincuenciales que se mueven en las sombras: es el principal sector económico de la humanidad. Y como consecuencia, esto significa que cada minuto mueren dos personas en el mundo por el uso de algún tipo de arma (casi 3.000 al día, mientras que el siempre mal definido e impreciso “terrorismo” internacional, si hablamos en términos estadísticos, produce 11 decesos diarios). Desmontar esta tendencia humana del uso de armas se ve como tarea titánica, casi imposible: es terminar con la violencia, es terminar con las injusticias. Y ahí la reflexión freudiana cobra sentido, en cuanto nos permite ver la magnitud monumental de la temática en juego. ¿Se trata de luchar contra nuestra naturaleza? ¿Cómo ir contra esta energía primaria, original?

Que la muerte sea un destino ineluctable, de raigambre natural incluso, es una elucubración. Quizá sí (es una hipótesis teórica, y como tal puede servir para explicar el mundo. O tal vez no, y haya que desecharla); quizá sí, decíamos, y la destrucción completa del planeta nos espera a la vuelta de la esquina por la catástrofe termonuclear que podría producirse. Se supone que somos “muy” racionales, aunque no se sabe qué “loco” puede dar la orden de lanzar el primer ataque nuclear. ¿No podrá haber errores? Los actos fallidos (apretar un botón por error, por ejemplo) son lo más normal de nuestra especie. Pero pese a que la magnitud de la tarea propuesta pueda ser titánica, es absolutamente vital seguir planteándosela como requisito para la permanencia de la especie, y para una permanencia más digna. Quizá sea imposible terminar con la violencia como condición humana, aunque eduquemos para la convivencia tolerante. Los países más “educados” son los que más hacen la guerra, y con las armas más letales. Pero es imprescindible seguir luchando contra las injusticias y apuntando a una convivencia solidaria. Lo contrario es avalar el darwinismo social y la supervivencia del más fuerte.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Amanda no es la letra de una canción

 
 
Por Alejandra Carmona / La Nación

La hija de Víctor Jara habla de sus fantasmas y sus deseos de justicia. Cuando dice su nombre en el consultorio le cantan “Te recuerdo, Amanda”. Antes se hacía la lesa. Ahora dice: “Yo soy la hija de Víctor Jara”. Amanda no canta, no toca guitarra y tampoco milita en el PC. No pretende ser el vivo retrato de su padre. Su recuerdo es íntimo, un proceso personal en el que ha debido aprender a desenrabiarse con Víctor ausente y a pedir explicaciones por su muerte.
 La noche que Amanda voló hacia su exilio se fue sólo con lo puesto. Ni siquiera alcanzó a recoger sus juguetes de niña de nueve años. En las tres maletas que llevaban ella, su madre, Joan, y su hermana, Manuela, sólo cupo su padre: sus fotos, un montón de recortes de diarios, cartas y cintas de grabación. En medio de fusiles y militares arrogantes que abundaban en el aeropuerto de Santiago, enfilaron hasta la puerta del avión con destino a Londres, las tres de la mano, escoltadas por un funcionario de la Embajada de Inglaterra en Chile. Era el 16 de octubre de 1973, y ésa, la única escena de esa noche que Amanda Jara tiene en la cabeza. Además de la sensación de vacío, de volar mucho antes que el avión despegara. El desamparo.

En Chile quedaba su casa de Colón, el cuarto básico en el Manuel de Salas, las tardes de asombro y aprendizaje. La humedad de los paisajes de Isla Negra que tanto le gustaba mirar. Los amigos, los sueños y su padre muerto con 44 balazos.

Por estos días, los recuerdos son como un dedo impertinente apretando el corazón. La semana pasada, el ministro Juan Eduardo Fuentes Belmar cerró la causa de la muerte de Víctor como ella llama a su padre y ha tenido que recordar a la fuerza muchas de las cosas que su mente había intentado borrar.

Amanda Jara no canta, no toca la guitarra, no milita en el PC y tampoco quiere formar una familia de artistas que se llame "los Jara", aunque algunos de sus primos se lo han sugerido. Alguna vez, cuando era chica, bailó en un grupo folclórico, pero nunca le gustó exponerse. No escucha todo el día canciones de trova y se niega a dar la razón a quienes dicen que tiene la misma sonrisa de su padre. Va a pocos encuentros proderechos humanos, no lleva la bandera de lucha de ninguna causa. A Amanda Jara no le interesa ser símbolo de nada.

Con suerte acepta dar esta entrevista.

Pero lo suyo no es una pose de rebeldía. Recién se está reconciliando con buena parte de su vida. Ahora que tiene 43 años, desde su tranquila vida en Quintay donde llegó hace 18 años macera los recuerdos ingratos y ha vuelto a escuchar las canciones de Víctor Jara sin sentir rabia por haberla dejado.

SIMPLEMENTE MARÍA

 
Joan, Víctor, Amanda (sentada en las piernas de su papá) y Manuela. Todos en compañía de una guitarra. Foto: Gentileza Fundación Víctor Jara
Todo fue muy confuso ese 11 de septiembre de 1973. Víctor tenía agendado un acto en la Universidad Técnica del Estado. La idea: luchar contra la guerra civil en Chile. De pronto, ese martes cambió de rumbo. Por la radio se escuchó sobre el ataque a La Moneda y el levantamiento de los militares. Allende estaba pronunciando su discurso histórico cuando Víctor decidió salir a la calle. "Era un día extraño, con los relatos de la radio, y todo hacía que fuera un día especial, pero nadie pensó que la situación llegaría a tal extremo. Nadie pensó que chilenos terminarían matando chilenos". Víctor salió de la casa rumbo a la Universidad Técnica.

Entonces, Amanda nombre que heredó de su abuela paterna estaba por cumplir ocho años. Sus días transcurrían tranquilos en la casa de Colón donde todavía vive su mamá, la bailarina inglesa Joan Turner. "Yo me crié escuchando música cuenta Amanda . Había un cuarto trasero donde ensayaban los Quila y los Inti. Hacían unas murgas muy chistosas en el patio. Dejaban la escoba con los vecinos". En otra parte de la casa, su mamá ensayaba escuchando a Vivaldi y su hermana Manuela, la "Manu" hija del fallecido coreógrafo Patricio Bunster , se divertía aprendiendo a tocar guitarra con Víctor. En las tardes, Manuela y el cantautor eran absorbidos por la televisión mexicana, y la teleserie "Simplemente María" los consumía. Aunque sus padres trabajaban mucho, Amanda no tiene ninguna sensación de ausencia.

"Víctor nos cantaba, aunque sólo la ‘Manu’ se acuerda cuando ensayaba pequeñas estrofas de sus creaciones con la guitarra. Nosotros también le cantábamos, hacíamos shows; la ‘Manu’ era rebuena para eso. Bailaba, se disfrazaba, y él se mataba de la risa; le gustaba mucho estar con nosotras", cuenta Amanda. Juntos salían de paseo a la Quinta Normal y probaban las sopas, platos estrella de la afición culinaria de Víctor Jara.

Los recuerdos de Amanda son tal y como alguna vez los describió el cantante al momento de hablar de su familia. "Tenemos dos hijas, Manuela y Amanda, por las que confieso total y absoluta debilidad En mi día ideal estaría todo el día en la casa, no habría fuerza que me hiciera salir. Me dedicaría a trabajar en el jardín, a hacer aseo, a contemplar muchas cosas que por falta de tiempo no puedo contemplar ahora. A jugar con mis hijas".

UNA PROTESTA EN MATTA

Hace 18 años que Amanda Jara eligió Quintay como su refugio. Ella prefiere la calidez de la cabaña que comparte con Nego, un buzo que trae el pescado para el almuerzo. Ella colabora con verduras de su chacra. Se alejó de Santiago porque no le gusta la tontera de la capital. "En Santiago creen que la vida se trata de farándula, de los futbolistas, de la chimuchina. Son cosas muy superficiales, y lo peor es que se creen la muerte, pero las cosas no son iguales en el resto de Chile. Ya estaba aburrida de la capital", asegura.

Después de estudiar Comunicaciones Visuales y cuatro años de Bellas Artes en la Arcis, dejó todo y se fue a vivir al terreno que habían comprado años antes con su mamá. "Con la Turistel en la mano buscamos sitios, hasta nos ofrecieron Tunquén, pero nos pareció muy solo, así que no vivo en el sector cuico", dice muerta de la risa, hasta que las carcajadas se apagan, desaparece la coraza y esa chapa de "inepta social" que Amanda se impone porque no quiere contestar nada que la delate.

"Siento pena por la muerte de mi papá, pero por mucho tiempo, muchos años, sentí mucha rabia". Interrumpe su relato para explicar que ella no es siempre así, pero que estos últimos días tiene un revoltijo en la guata y la pena no tarda en aflorar. Sigue entre sollozos por varios minutos: "Tenía rabia, me preguntaba por qué Víctor había salido de la casa ese día, por qué no se había quedado con nosotras, por qué se fue a la Técnica". Es su desahogo, pero se incorpora nuevamente para explicar que todo esto hizo que ella no escuchara a Víctor Jara por mucho tiempo. "En mi casa no se escuchaba; en Londres, porque mi mamá se volvía un mar de llanto, y luego acá, simplemente porque tardé en reconciliarme con esa historia", dice. "Quizá por eso tampoco aprendí a tocar guitarra, ni a cantar; seguramente era lo que esperaban de la hija de Víctor Jara".

Cuando Amanda volvió a Chile sólo pensaba permanecer un año y regresar a Londres, pero se quedó más tiempo. "Me enamoré de un hombre y también de este Chile combativo, entregado, que salía a la calle a luchar". Era 1983 cuando asistió a su primera protesta en Santiago. Caminó cuadras y cuadras por avenida Matta, mientras Chile asistía a períodos crudos de represión producto de las primeras marchas antidictadura. De entre la muchedumbre se oyó el grito: "Compañero Víctor Jara, presente". Con el pecho hinchado y las lágrimas sin contención, Amanda tomó aire contaminado y lacrimógeno y respondió: "Presente". Como si fuera un muerto ajeno, pero también como si fuera suyo y de todos. Entonces comenzó a reconciliarse con su padre. Si Víctor Jara no hubiese ido a la Universidad Técnica ese martes, no habría sido Víctor Jara.

TE RECUERDO, AMANDA

Por estos días, Amanda va y viene de Quintay. Deja a Nego con sus labores de pescador y ella viaja a Santiago a enterarse de la fundación que lleva el nombre de su padre y también del curso que ha tomado la investigación por su muerte. "Yo me hago una sola pregunta: si mi padre, que es el caso emblemático del Estadio Chile no tiene solución, ¿entonces qué pasa con el resto de muertos, dónde están los culpables?", dice. Amanda no puede creer que en todos estos años no haya ni un solo testigo que pueda reconocer al asesino. Pero maneja una teoría: "Hay un par de oficiales que estaban presos por el tanquetazo de julio. Ellos fueron liberados el día del golpe. Se dice que a estos oficiales se les dio el Estadio Chile como un premio".

Amanda cree que la información no ha llegado a las manos de la justicia porque hay quienes no han querido que se sepa la verdad. "La gran piedra de tope para los casos del Estadio Chile ha sido el Ejército, las Fuerzas Armadas. No han querido entregar un organigrama de mando. El Ejército tiene la información y no la ha entregado, por eso se ha visto frustrado no sólo el caso de mi padre, sino que tantos otros". A pesar de la resolución judicial, Amanda no culpa al ministro Fuentes Belmar. Tampoco le interesa que quienes asesinaron a su padre, "viejos de más de 70 años", se pudran en la cárcel. "Lo que yo quiero es justicia, y la justicia para mí es que se sepa quiénes son los asesinos. Que podamos ver una lista y decir este señor de acá, con nombre y apellido, es un asesino".

Amanda nunca ha pedido públicamente justicia para su padre. Sin embargo, ahora no se pierde detalle y viajó especialmente desde Quintay para reunirse con el ministro de Justicia, Carlos Maldonado. Ya no tiene cuentas pendientes. De esas que son personales y no se escriben en la prensa. Incluso ahora bromea cuando va al consultorio o a pagar alguna cuenta y al decir su nombre le cantan: "Te recuerdo, Amanda". Antes se quedaba callada, ahora dice: "Yo soy la hija de Víctor Jara". Y si una periodista le dice que esa canción la escribió su padre para su madre, ella también tiene respuesta: "Cuando la hizo, yo tenía dos años y medio y me habían diagnosticado diabetes, así que esa canción también la escribió un poco por mí". LND

La independencia, historia, memoria y fiesta



La invasión europea desatada hace más de 500 años, resultó fundamental para el desarrollo del capitalismo planetario y toda la riqueza robada y trasladada a Europa afianzaría a las monarquías de la época y a los futuros Estados capitalistas.
 
Dagoberto Gutiérrez


Para nuestros pueblos, la invasión significó el genocidio, la destrucción de nuestros Estados y el corte histórico y violento de diferentes procesos políticos. Los invasores impusieron su religión, su idioma y su ley, y amarraron el continente en una dependencia fatal a la economía y política de las metrópolis.

Centro América fue el punto más débil y atrasado del imperio colonial español, y sin embargo, las reformas borbónicas del siglo XVIII, impulsadas por España, impactaron negativamente las economías de los sectores criollos locales, dueños de las tierras, de las ideas dominantes y del poder político. Desde el principio del dominio español, fue evidente que estas posesiones le quedaron muy grandes a España, que siempre fue un punto atrasado de curas, terratenientes y abogados. Cuando los franceses invaden el territorio español y hacen prisioneros al Rey Fernando VII, y el pueblo se levanta contra Francia, los criollos locales supieron que había llegado la hora de tomar decisiones trascendentales.

En realidad, la provincia de San Salvador tenía razones poderosas para romper la dependencia con respecto a la Capitanía General de Guatemala, y también para romper las relaciones con la metrópoli, aunque la independencia como figura política no estuviera presente de manera determinante en la cabeza de los procesos.

Veamos esto más detenidamente: en el siglo XIX no existía Centro América y el Reino de Guatemala, que comprendía lo que hoy es Centro América era dirigido por una Capitanía General cuya sede era la ciudad de Guatemala. Las relaciones oficiales con la metrópolis, los negocios más importantes y ventajosos, las utilidades mayores, el control del comercio, se ejercía siempre desde Guatemala, en detrimento de los criollos de San Salvador, que era apenas una intendencia. Y entre los criollos de San Salvador y Guatemala funcionaba una relación tensa de confrontación.

El interés prioritario de los de San Salvador era escapar del control de Guatemala  porque España era un poder lejano y extraño que nunca llego a ejercerse debidamente, y por eso no era un poderoso poder gravitante, como si era Guatemala. Así las cosas, se trataba más bien de la independencia con respecto a la Capitanía General y no de España. Toda esta situación ideológica y política la encontramos expresada magníficamente en el documento más secreto, clandestino y casi ilegal de nuestra historia: el Acta de Independencia de 1821. Por este documento sabemos que los conspiradores brillantes le tenían más miedo y odio al pueblo que a la metrópolis, que no es esa fecha, 15 de septiembre, la de la independencia, que no se trató de una independencia con respecto a España, sino de una maniobra política adecuada para anexar el Reino de Guatemala al Virreinato de nueva España (México). Los criollos de Guatemala fueron los impulsores de esta política porque esto les permitía mantener el nexo político con la metrópolis y, en todo caso, con una monarquía;  pero los criollos de San Salvador no estaban dispuestos a seguir dependiendo de Guatemala. Una vez acordada la anexión, el 5 de febrero de 1822, San Salvador entra en rebeldía.

La situación se tornó muy difícil para nuestros criollos porque Agustín Iturbide, emperador de México, ordenó la invasión contra la provincia y designó a Vicente Filisola para dirigirla, y en este momento, los líderes deciden una maniobra política que los define como muy poco patriotas y poco independentistas, aunque, entendiendo la grave situación que se les vino encima, y sabiendo muy bien que no podían someterse a Guatemala, la decisión que tomaron de ofrecerle a los Estados Unidos la anexión de San Salvador, resulta muy poco vinculada a cualquier cosa que pueda llamarse patriotismo. Porque preferir ser estadounidense y no de México, no los diferenció mucho de los que buscaban ser parte de México, y este pasaje de nuestra historia, que resulta poco  mencionado y conocido, es prácticamente sepultado por un olvido construido. Resulta útil recordarlo porque el tema independencia no se cinceló en estos episodios históricos y el rompimiento de dependencia con España no significó independencia porque casi 200 años después de ese 15 de septiembre, nuestra sociedad sigue siendo sometida al colonialismo y nuestra manera de pensar, de abordar la realidad, nuestra creatividad, sigue siendo dominada por la metrópolis, aun cuando ésta haya cambiado de sede y hasta de bandera.

Por eso, estas fechas necesitan conmemoración, es decir, un abordaje con memoria y con historia, para que así, podamos algún día, celebrar la independencia.

     San Salvador, 15  de septiembre del 2013.

Los Viajes del Viento (Pelicula)


Ignacio Carrillo, un juglar que durante años recorrió pueblos y regiones llevando cantos con su acordeón, toma la decisión de hacer un último viaje, a través de toda la región norte de Colombia, para devolverle el instrumento a su anciano maestro, y así nunca más volver a tocar. 

En el camino, encuentra a Fermín, un joven cuya ilusión en la vida es seguir sus pasos y ser como él. Cansado de la soledad, Ignacio acepta ser acompañado, y juntos emprenden el recorrido desde Majagual, Sucre, hasta Taroa, más allá del desierto de la Guajira, encontrándose con la enorme diversidad de la cultura caribe y viviendo todo tipo de aventuras y encuentros.

 Ignacio tratará de enseñar a Fermín un camino diferente al suyo, que tanta soledad y tristeza le trajo, pero para ello tendrá que enfrentarse con el llamado de su propio destino, que tiene preparadas distintas suertes para él y su alumno.

 

sábado, 14 de septiembre de 2013

GUERRA DE GUERRILLAS - ERNESTO CHE GUEVARA


Este trabajo pretende colocarse bajo la advocación de Camilo Cienfuegos,
quien debla leerlo y corregirlo pero cuyo destino le ha impedido esa tarea.
Todas estas líneas y las que siguen pueden considerarse como un homenaje
del Ejército Rebelde a su gran Capitán, al más grande jefe de guerrillas que
dio esta revolución, al revolucionario sin tacha y al amigo fraterno. 
 
Camilo fue el compañero de cien batallas, el hombre de confianza de Fidel en
los momentos difíciles de la guerra y el luchador abnegado que hizo siempre
del sacrificio un instrumento para templar su carácter y forjar el de la tropa.
Creo que él hubiera aprobado estemanual donde se sintetizan nuestras
experiencias guerrilleras, porque son el producto de la vida misma, pero él le
dio a la armazón de letras aquí expuesta la vitalidad esencial de su
temperamento, de su inteligencia y de su audacia, que sólo se logran en tan
exacta medida en ciertos personajes de la Historia. 
 

jueves, 12 de septiembre de 2013

El imperio en su trapiche



Tendencia Revolucionaria

La  situación internacional  se ha convertido, rápidamente, en una confrontación que expresa las recomposiciones  del nuevo poder planetario, por un lado el imperio estadounidense decrecido en su poder económico y sostenido, fundamentalmente, por su poderío militar.

Este imperio está en un momento en el que ante la reducción de su poderío  pone en primer plano la fuerza y sobre todo la militar, cuando esto ocurre los imperios están en un declive que abre un escenario donde aparecen nuevos poderes.
Este imperio necesita  del petróleo, el gas natural y los recursos  ubicados en el Medio Oriente, este es el mundo árabe con regímenes controlados en su mayoría por los Estados Unidos tal como ocurre con Arabia Saudita, Yemen, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Turquía, Jordania, Egipto, pero en el caso del Estado de Israel se trata de un verdadero guardián que garantiza los interese del imperio en esa región.

Siria ha sido un gobierno con capacidad de enfrentarse al poderío israelí, con conflictos de diferente tipo con Turquía, con una cultura milenaria, una economía sostenible y con relaciones estratégicas con los estados de Irán, Rusia y China.

La confrontación con Siria es la confrontación entre Occidente y Oriente, la que históricamente se inicio con la guerra de Troya. En la actual confrontación, Occidente (Estados Unidos, Canadá, Europa, Australia y Nueva Zelandia) han decidido asegurar el control de la región petrolera mediante la eliminación de los regímenes  que escapen a su control (en 7 años han buscado someter y controlar 7 países de la región, incluyendo a Irán que no es Árabe) y puedan ser independientes, este fue el caso de Libia en donde asesinaron a su presidente, dividieron al país instalaron un gobierno títere, y controlan el petróleo y también confrontan una guerra civil. En el caso de Egipto los movimientos populares terminaron con la dictadura estadounidense de  Mubarak y hoy atraviesa por un nuevo momento de confrontación entre un ejército controlado por Estados Unidos, el Movimiento Musulmán de la hermandad musulmana y el pueblo egipcio.

Estados Unidos necesita terminar con el régimen sirio, derrocarlo y sustituirlo por uno nuevo que le sea leal, para eso debe derrotarlo militarmente y la guerra civil actual  es, por eso, organizada, financiada, entrenada, armada por los regímenes árabes pro-estadounidense y Occidente. Esta  agresión está siendo derrotada y el gobierno de Bashar al-Assad afianza su victoria militar, de ahí la necesidad de intervenir directamente en la guerra.

El ejército sirio tiene el respaldo del pueblo y viceversa, esto hace que la actual agresión militar de Occidente una al pueblo y a su Gobierno, y los mercenarios estén siendo derrotados, por supuesto que la geopolítica indica que Siria es la antesala inmediata para atacar a Irán, y, en cierto modo, aquí se libra ya la batalla de Irán y este es un adversario formidable del imperio estadounidense; pero también el control buscado del territorio sirio aproximaría  las fuerzas estadounidenses al territorio Ruso; porque en todo caso Turquía, al Norte de Siria es prácticamente, una base militar de la OTAN y Rusia no puede permitir una amenaza tan grande a sus fronteras sureñas, además Siria, en la frontera Occidental de Irak, de donde se retiran las tropas gringas y en donde estalla la confrontación más dura entre los chiitas, que ocupan el gobierno por voluntad de Washington, y los sunitas desalojados de ese poder por Occidente; también Siria es la frontera estratégica de  Israel y Damasco está a 60 km de las alturas del Golán,  en el monte German, esta es una posición avanzada de las tropas israelitas; también es frontera con Jordania, aliado estadounidense.

Como podemos ver el escenario geopolítico es encendido y solo así entendemos el afán imperial por ocupar y controlar el territorio Sirio.

Sin embargo, la nueva  correlación del poder planetario aparece en la crisis construida y sus manifestaciones más evidentes son las siguientes:

a)    Es cierto que las guerras pueden, en determinadas circunstancias, sacar a las economías de los barrancos más oscuros, pero en la actual coyuntura la moneda estadounidense ha perdido las condiciones fundamentales para seguir siendo la moneda de reserva, esto ocurrió hace varios años pero hasta hoy aparecen en el planeta otras monedas y otros esfuerzos para sustituir el dólar o para que nuevas monedas ocupen su lugar en determinadas partes del planeta, el imperio necesita del control planetario pero en esta coyuntura, cuando la crisis golpea a la sociedad estadounidense y reduce la capacidad de maniobra de la cúpula guerrerista de la Casa Blanca resulta ser el tema economía y moneda, un gravitante factor adverso al imperio, en todo caso el resultado militar de una intervención directa no parece estar favorablemente volcado hacia los intereses imperiales.

b)    El imperio estadounidense actúa en solitario en esta coyuntura, a diferencia de sus anteriores agresiones, cuando invadieron Irak, Afganistán, era un poderoso bloque de Occidente y del mundo árabe y de  Naciones Unidas quienes compartían esas agresiones, para el caso de Libia el bloque agresor era reducido, pero en el caso de Siria el mundo entero, el pueblo estadounidense, aliados tradicionales del imperio se oponen a la medida y Barack Obama  se encuentra solo y se trata de un premio Nobel de la Paz ganándose, con mucho merito, el reconocimiento de agresor internacional.

c)    En el caso de Irak la Casa Blanca acusó a Hussein  de poseer armas de destrucción masiva que amenazaban a la humanidad, pero esta acusación resulto ser falsa y el Gobierno estadounidense apareció como mentiroso ante su sociedad y ante el mundo, en el caso de Siria resulta  que la acusación fundamental que es un ataque  con armas químicas, supuestamente perpetrada por Damasco, fue un ataque  de los mercenarios  financiados por la Casa Blanca. La Comisión Técnica de las Naciones Unidas que llego el día del ataque al territorio sirio había sido invitado por el Gobierno de Damasco y sus investigaciones establecen la verdadera autoría  de los ataques químicos; como la publicación de estos resultados  deja a la Casa Blanca y sus aliados sin argumentos y desprovisto de toda legalidad y legitimidad, Naciones Unidas  guarda silencio y busca ganar tiempo  sin difundir ni divulgar, oficialmente, los resultados. Sin embargo estos ya son conocidos  y debilitan  la posición de los agresores, esto explica las dificultades de Obama para convencer a su pueblo que sabe, por experiencia,  que la Casa Blanca miente y también  otros Gobiernos del mundo.

La posición de las fuerzas y Gobiernos  del Oriente del planeta y de la periferia imperial se muestra fortalecida.

d)    Es importante destacar la posición de Gobierno egipcio en la crisis, porque después de ser  un incondicional aliado imperial en la región, el actual gobierno jefeado por el ejército, ha anunciado su oposición  a una agresión a Siria y su disposición  de cerrar el paso por el canal de Suez de navíos estadounidenses.

e)    Un ataque a Siria tiene condiciones, por la geopolítica actuante, de producir una conflagración bélica regional de alcances internacionales e Israel, que es Estados Unidos en la región, sería confrontado por formidables fuerzas enemigas regionales, previsiblemente, según el curso  de los acontecimientos por fuerzas no regionales.

Todo este trapiche resulta ser un proceso erosionante para la Casa Blanca en donde lo militar, siendo importante como es, pierde bases políticas e ideológicas y también factibilidades militares y Obama  parece convertirse en víctima de sus consocios militares que claman por la guerra y la necesitan para sus finanzas.

En las últimas horas  se levanta una propuesta que podría ser una salida favorable para las partes, que evitaría la agresión, que golpearía letalmente a los mercenarios de Occidente, que mostraría  los nuevos músculos, del Oriente planetario y ofrecería a las Naciones Unidas una oportunidad para limpiar un poco, muy poco, su ensuciado rostro de organismo internacional representativo de la comunidad internacional, se trata de la propuesta, levantada por Rusia, en coordinación con Damasco, de someter las armas químicas sirias al control internacional.

Damasco ha anunciado su acuerdo, Obama también, el Senado estadounidense ha suspendido su discusión sobre el tema, el Secretario General de la ONU aparece más exigente que la Casa Blanca, pero, en todo caso, el debate, sin eliminar la posibilidad de la agresión directa, disminuye el vapor de los agresores.

Para nuestro país es una buena noticia que la guerra pierda fuerza porque siendo de los más vulnerables del mundo, necesitamos escenarios convenientes para sobrevivir y la guerra no es ese escenario.
Fuerza Histórica Latinoaméricana.

Fuerza Histórica Latinoamericana

Saludos y bienvenida:

Trovas del Trovador


Si se calla el cantor, calla la vida...inspirate,instruyete,organizate,lucha,rebelate.



Saludos y bienvenida:


Inevitablemente, cada individuo hace parte de su vida y de su historia aquellos acontecimientos que marcaron un recuerdo bueno o malo en la efemérides y en su vida...
Recordar por ejemplo aquellas cobardes masacres de la década del 70 en El Salvador (Chinamequita,Tres Calles,Santa Barbara,30 de Julio,entre muchas otras y seguro estoy es una experiencia que se repite a lo largo y ancho de Americalatina), masacres que conmocionaron a la nación y sacudieron la conciencia de muchos.

Esas masacres aceleraron el enfrentamiento entre ricos y pobres, entre el pueblo y las Fuerzas Armadas Nacionales, Toda aquella década fué de constante actividad politico-social y su principal escenario eran las calles, para las celebraciones del efemérides nacional de cualquier indole, se desarrollaba una manifestación de dolor, muy significativa y emótiva, muchas, con los restos de los asesinados y el reclamo del retorno o aparecimiento con vida de los capturados y desaparecidos.

Muchos jóvenes,a partir de aquellas cobardes acciónes por parte del Estado, radicalizamos nuestra pocisión y optamos por la lucha armada como única solución a la crisis que cada dia se profundizaba más y más...

A partir de aquella década, la protesta se hizo afrenta digna contra la dictadura militar, salir a protestar era recuperar,rectificar y sanear digna y valientemente, todo aquello que en anteriores décadas de terror, las clases dominantes habian institucionalizado.

Con aquellas jornadas de lucha, no solo denunciamos y condenamos a los eternos enemigos del pueblo, sino que hicimos sentir el grito de guerra de todos aquellos que sacrificada pero dignamente y hasta entonces, habian escrito la historia,nuestra heróica historia...

Que hubiera sido de nosotros, si Monseñor Romero hubiera pensado más en su tiempo, el dinero y su sombrero copa ancha junto con su pulcra sotana,por no arriesgar el pellejo a costa de convertirse en "La voz de los sin voz" y en el santo de los desposeidos?

Que seria de nosotros?, si Roque Dalton, sabiendo que podria incluso, morir a manos de sus propios "camaradas", no hubiera arriesgado la canción hecha palabra y herramienta de lucha, para gritarle sus verdades a los poderosos y sus criticas mordaces a los ultraizquierdistas y al Partido Comunista.

No seriamos dignos, de llamarnos salvadoreños si Farabundo Marti, no hubiera dispuesto ir a enlodar sus botas a "Las Segovias" junto a Sandino el General de hombres libres, como su lugarteniente.
Si Miguelito Marmol, no se hubiera levantado con las ganas que lo hizo después de haber sido acribillado frente al pelotón de fusilamiento, para seguir arriesgando el pellejo reclutando, concientizando, organizando, y manteniendo vivo el grito de guerra de "Viva el Socorro Rojo Internacional", que inconclusamente y con toda valentia intentó Farabundo.

Fraternalmente, Trovador


UN DÍA COMO HOY, 12 de febrero de 1973, los principales periódicos de El Salvador difundieron fotos de la muerte de los compañeros José Dima...